Estela Adamuz/ Êttela Adamûh
CAS
Muchas preguntas con una respuesta común: ¿Por qué el doblaje de Cletus Spukler, personaje de Los Simpson, al castellano toma forma de acento andaluz? ¿Por qué habla andaluz la única mujer y madre de un preso en la serie HIT? ¿Por qué Pablo Motos le preguntó a Roberto Leal si «suavizaría su acento andaluz» para presentar Pasapalabra? ¿Por qué la Ministra de Hacienda y portavoz del gobierno, María Jesús Montero, es diana de críticas y mofas? ¿Por qué en los medios de comunicación autonómicos andaluces se habla el castellano estándar? A todas ellas: por el prejuicio y rechazo hacia el acento andaluz.
Introducción
El ser humano es un ser social y se comunica con sus semejantes a través del lenguaje. Éste está moldeado por experiencias y rasgos culturales, los cuales pueden llegar a evocar estereotipos y clasificaciones sociales (Ramus et al., 2000). La psicología ha intentado identificar cómo el lenguaje verbal categoriza a un colectivo y cómo modula el comportamiento y la interacción social (Rakic, Steffens & Mummendey, 2011). Al igual que hacia caracteres de belleza o étnicos, también existe un prejuicio, rechazo y estigmatización hacia acentos (Gluszek y Dovidio, 2010). En esta revisión se abordará cómo repercute la percepción y valoración del acento en las actitudes y comportamientos que se tienen hacia él en distintos países pero más concretamente hacia el andaluz.
Acento estándar frente al no estándar
A lo largo de la historia, las lenguas han sufrido variaciones en cuanto a normas, hábitos y convenciones que se forjan de generación en generación (Falck et al., 2012). La Teoría de las Actitudes del Lenguaje de Giles y Marlow (2011) sostiene que, en el trascurso de los años, la lengua de una región sufre distintos cambios que desembocan en variedades dentro de ella, estableciéndose así un acento estándar, que comprende ciertas connotaciones positivas que permiten que se mantenga vigente frente a los no estándar o regionales, los cuales persisten gracias a la identidad étnica y social del grupo que lo practica (Rakic et al., 2011).
En cuanto al estatus y percepción social los acentos estándares son valorados más positivamente que los no estándares (Fuertes et al., 2012). A su vez, Giles y Billings (2004) encontraron que las personas con acento estándar son percibidas como (1) más educadas, más inteligentes y más exitosas, (2) más atractivas, benevolentes y confiables, y (3) más entusiastas y habladoras. Como consecuencia, el colectivo de acento no estándar llega a sufrir estrés en la autenticidad e identidad social y tiende a converger hacia un acento más estándar con el fin de recibir más recompensas y oportunidades en el ámbito de la política, economía y educación (Gluszek y Dovidio, 2010).
Por otro lado, el mensaje se percibirá con menos calidad y comprensión cuanto más marcado sea el acento no estándar (Gluszek, Newheiser & Dovidio, 2011). De la misma forma, Bottriell y Johnson (1985; citado en Fuertes, Potere y Ramirez, 2002) encontraron que aquellos cuentos leídos en acento estándar se recordaban mejor que los leídos con el no estándar, en este caso de Irlanda del Norte, y que la persona que los leía era percibida como más inteligente y elocuente.
Respecto al ámbito laboral, Rakic, et al (2011) llevaron a cabo un estudio cuyo objetivo era comprobar si la competencia, la contratación y el estatus socio-intelectual de las personas que postulan para un empleo dependían de su acento regional, dando solo para ello información auditiva y el nombre de dicha persona. Los resultados mostraron que las personas que hablaban con acento no estándar (sajón, bávaro o berlinés) eran percibidas como menos competentes y contratables que los que hablaban alemán estándar (Véase Figura 1). Se comprobó que el tipo de voz o el género de la persona no eran los causantes de estos resultados. A su vez, se encontraron diferencias significativas en la percepción de la competencia y contratabilidad según el trabajo: en empleos como mecánico de automóviles, las personas con acento no estándar sí eran concebidas como aptas para el puesto.

Finalmente, un estudio de Dixon, Mahoney y Cocks (2002) analizó la percepción de culpabilidad dependiendo del acento: acento estándar inglés o acento regional inglés, exactamente de Birmingham o Brummie. Los resultados mostraron que los participantes consideraron a la persona con acento regional más culpable y con más probabilidad de reincidir que la de acento estándar.
Un caso de acento no estándar: las hablas andaluzas
Las hablas andaluzas, comúnmente conocidas como andaluz, son una variedad hablada del español caracterizada por un conjunto de rasgos de pronunciación que son heterogéneos y diversos entre ellos dentro de la misma comunidad. A diferencia de otras hablas del territorio español, se trata de un habla regional que no solo se practica en la comunicación privada, sino también en otras conversaciones cotidianas (Narbona, Cano y Morillos, 2011).
El origen de las hablas andaluzas se remonta a los siglos XIV y XV, como consecuencia de la distinción del castellano tras la reconquista de Al-Ándalus por parte de los Reyes Católicos (Narbona, Cano y Morillos, 2011). La visión negativa hacia el habla andaluza comenzó con la vinculación de ésta con los tópicos moriscos. Estas actitudes continuarían y se verían alimentadas a lo largo de los siglos XVI y XVII por la percepción de Andalucía como la última región conquistada y llegó a configurarse un patrón estereotípico de estos hablantes: persona fea, castiza, ignorante, matona, valiente, con vicios y con capacidad comunicativa limitada y vulgar, aunque con agudeza e imaginación (Narbona, Cano y Morillos, 2011). Hacia el siglo XIX el colectivo andaluz era atribuido a clases populares y al mundo rural, por lo que la burguesía culta quedaba muy distinguida de él. A lo largo del siglo XX, la literatura se hace eco de este costumbrismo andaluz y lo convierte en protagonistas y personajes de obras en manos de andaluces como los hermanos Machado y los hermanos Álvarez Quintero, los cuales sí apoyaban y reivindicaban el andaluz sin prejuicios, y de escritores de fuera de la región como Palacio Valdés o Blasco Ibáñez, quienes, por el contrario, trataban al andaluz como «el idioma del pueblo» (Narbona, Cano y Morillos, 2011). Se suma que el 70% de las personas andaluzas sufrió analfabetismo durante el siglo XX, por lo que se perpetuó el prejuicio hacia ellas considerándolas incultas, incluso ellas mismas (Gutier, 2006).
En la actualidad, se mantienen los prejuicios hacia las hablas andaluzas y se perciben ideas erróneas de este colectivo. Un ejemplo de ello fue la investigación realizada por Santana-Marrero (2018) en la que participantes de origen sevillano valoraron que la persona con habla andaluza pertenecía a un puesto de trabajo medio cualificado, con un nivel de ingresos medio y con un nivel de estudios mayoritariamente secundarios. Sin embargo, categorizaron a las personas con habla castellana como personas con un puesto de trabajo altamente cualificado, un nivel de ingresos alto y un nivel de estudios universitarios. Estos resultados muestran cómo los/as mismos/as informantes sevillanos/as manifestaban el prejuicio hacia su propia habla.
Así mismo, los/as participantes de origen sevillano del estudio mencionado concebían a las personas de habla andaluza como más simpáticas y cercanas, aunque poco inteligentes, incultas y maleducadas, además de pertenecientes a una comunidad menos avanzada e innovadora frente a otras personas con acento de otras regiones españolas (Santana-Marrero, 2018). De lo contrario, otro estudio con participantes centro-norteños mostraba a los/as locutores/as andaluces/as como menos simpáticos/as, cultos/as, educados/as e inteligentes que otras hablas españolas como la canaria, rioplatense o caribeña (Cestero y Paredes, 2018).
«Una vez, un directivo de esta cadena [TVE] dijo a sus compañeros, sin que el supiera que estaba escuchando, que tenía que hacer algo para solucionar el problema de mi acento. Cuando lo escuché, le dije que un ruso en Madrid seguía siendo ruso. ¿Por qué él no tenía ningún problema y yo por ser andaluz sí tengo que cambiar mi acento?»
Manu Sánchez, Surnormal Profundo (2017)
En cuanto al gusto por el acento, el estudio de Chiquito y Quesada (2014) muestra que el andaluz es el que menos agrada a nivel nacional, frente al madrileño, asturiano o riojano, debido a que se asocia con una manera no elegante de hablar, a un uso incorrecto de la lengua por un nivel bajo de escolarización, a la dificultad para comprenderlo y a usar expresiones que se encuentran fuera de contexto o que son malsonantes.
En definitiva, las investigaciones sobre el prejuicio en hablas andaluzas son escasas. A día de hoy sigue siendo una necesidad que se desarrollen más estudios sobre los efectos discriminatorios asociados a acentos no estándares, los cuales están atravesados por condiciones históricas de opresión, invisibilización e incluso colonialidad.
Conclusión
El prejuicio hacia los acentos se hace patente en multitud de estados. En España, el prejuicio hacia los acentos regionales u otras lenguas cooficiales está muy arraigado, como es el caso de la catalanofobia [Véase Artículo: ¿Qué hay detrás de la Catalanofobia? La lengua como variable discriminatoria]
o de las hablas andaluzas, el cual sigue repercutiendo negativamente sobre la visión real de este colectivo. Los andaluces y andaluzas son conscientes de que existe una identidad lingüística colectiva aunque plural. Sin embargo, estas hablas sufren de desprestigio y rechazo por parte de los/as mismos/as andaluces/as u otras regiones, lo que provoca una falta de autoestima que lleva a esconder ciertas peculiaridades de este habla. A pesar de ello, el número de personas que intenta no llevar a cabo la acomodación hacia el castellano estándar se eleva con los años (Narbona, 2009). Un ejemplo de ello, es el interés por la creación de contenido audiovisual y mediático en el que el acento andaluz fuese mostrado con orgullo, como son el caso de Bandolero (2000), La Niña Repelente (2009) o Flaman (2013), series para menores y adultos presentadas en la televisión autonómica o por YouTube. No obstante, este gesto no se generaliza a otros programas como son los informativos por vía televisión o radio.
Las hablas andaluzas pueden estar presentes en un telediario, una retrasmisión deportiva, un programa de humor, en la música, la poesía, el teatro, los carnavales y en cualquier trabajo, mostrándose así como seña de identidad que da a conocer el origen de la persona. A su vez, permitiría la normalización de éstas, lo que conllevaría una disminución del rechazo. Nunca es tarde para abandonar los prejuicios, pero ¿empezamos ya?
Agradecimientos
Especiales menciones para la EPA (Er Prinçipito Andalûh), colectivo formado por estudiosxs y estudiantes de la lengua española y lingüística procedentes de toda Andalucía, por la propuesta de este tipo de escritura del andaluz con el fin de elaborar una ortografía que permita que las hablas andaluzas puedan escribirse a través de grafemas comunes a todas sus variantes, y también para AndaluGeeks, un equipo de profesionales de la informática, programación, diseño gráfico y las TICs que crearon, desarrollaron y gestionaron el proyecto del Trâccrîttôh Andalûh, una herramienta que permite transformar un texto escrito en castellano a otro que contenga las normas ortográficas del Andalûh EPA y gracias al cual se ha podido llevar a cabo la transcripción de la versión en castellano al andalûh en este artículo. Por ello, agradecer enormemente a la EPA la aportación e interés por conseguir un andaluz escrito y a AndaluGeeks por hacerlo posible.
Enlaces de interés
Referencias bibliográficas
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AND
Muxâ preguntâ con una rêppuêtta común: ¿Por qué er doblahe de Cletû Spuklêh, perçonahe de Lô Çimpçon, ar câtteyano toma forma de açento andalûh? ¿Por qué abla andalûh la única muhêh y madre de un preço en la çerie HÎH? ¿Por qué Pablo Motô le preguntó a Roberto Leâh çi «çuabiçaría çu açento andalûh» pa preçentâh Paçapalabra? ¿Por qué la Minîttra de Açienda y portabôh der gobiênno, María Heçûh Montero, ê diana de críticâ y mofâ? ¿Por qué en lô mediô de comunicaçión autonómicô andaluçê çe abla er câtteyano êttándâ? A toâ eyâ: por er prehuiçio y rexaço açia el açento andalûh.
Introdûççión
Er çêh umano ê un çêh çoçiâh y çe comunica con çû çemehantê a trabêh der lenguahe. Étte êttá mordeao por êpperiençiâ y râggô curturalê, lô cualê pueden yegâh a ebocâh êttereotipô y claçificaçionê çoçialê (Ramus et al., 2000). La çicolohía a intentao identificâh cómo er lenguahe berbâh categoriça a un colêttibo y cómo modula er comportamiento y la interâççión çoçiâh (Rakic, Steffens & Mummendey, 2011). Al iguâh que açia carâtterê de beyeça o énnicô, también êççîtte un prehuiçio, rexaço y êttîmmatiçaçión açia açentô (Gluszek y Dovidio, 2010). En êtta rebiçión çe abordará cómo repercute la perçêççión y baloraçión del açento en lâ âttitudê y comportamientô que çe tienen açia él en dîttintô paíçê pero mâh concretamente açia el andalûh.
Açento êttándâ frente ar no êttándâ
A lo largo de la îttoria, lâ lenguâ an çufrío bariaçionê en cuanto a normâ, ábitô y combençionê que çe forhan de heneraçión en heneraçión (Falck et al., 2012). La Teoría de lâ Âttitudê der Lenguahe de Giles y Marlow (2011) çôttiene que, en er trâccurço de lô añô, la lengua de una rehión çufre dîttintô cambiô que deçembocan en bariedadê dentro de eya, êttableçiéndoçe açí un açento êttándâ, que comprende çiertâ cônnotaçionê poçitibâ que permiten que çe mantenga bihente frente a lô no êttándâ o rehionalê, lô cualê perçîtten graçiâ a la identidá énnica y çoçiâh der grupo que lo prâttica (Rakic et al., 2011).
En cuanto al êttatû y perçêççión çoçiâh lô açentô êttándarê çon baloráô mâh poçitibamente que lô no êttándarê (Fuertes et al., 2012). A çu bêh, Giles y Billings (2004) encontraron que lâ perçonâ con açento êttándâ çon perçibidâ como (1) mâh educâh, mâh intelihentê y mâh êççitoçâ, (2) mâh atrâttibâ, benebolentê y confiablê, y (3) mâh entuçiâttâ y abladorâ. Como conçecuençia, er colêttibo de açento no êttándâ yega a çufrîh êttrêh en la autentiçidá e identidá çoçiâh y tiende a comberhêh açia un açento mâh êttándâ con er fin de reçibîh mâh recompençâ y oportunidadê en el ámbito de la política, economía y educaçión (Gluszek y Dovidio, 2010).
Por otro lao, er mençahe çe perçibirá con menô calidá y comprençión cuanto mâh marcao çea el açento no êttándâ (Gluszek, Newheiser & Dovidio, 2011). De la mîmma forma, Bottriell y Johnson (1985; citado en Fuertes, Potere y Ramirez, 2002) encontraron que aqueyô cuentô leíô en açento êttándâ çe recordaban mehôh que lô leíô con er no êttándâ, en êtte caço de Îl-landa der Norte, y que la perçona que lô leía era perçibida como mâh intelihente y elocuente.
Rêppêtto al ámbito laborâh, Rakic, et al (2011) yebaron a cabo un êttudio cuyo ôhhetibo era comprobâh çi la competençia, la contrataçión y el êttatû çoçio-intelêttuâh de lâ perçonâ que pôttulan pa un empleo dependían de çu açento rehionâh, dando çolo pa eyo informaçión auditiba y er nombre de dixa perçona. Lô reçurtáô môttraron que lâ perçonâ que ablaban con açento no êttándâ (çahón, bábaro o bêl-linêh) eran perçibidâ como menô competentê y contratablê que lô que ablaban alemán êttándâ (Véaçe Figura 2). Çe comprobó que er tipo de bôh o er hénero de la perçona no eran lô cauçantê de êttô reçurtáô. A çu bêh, çe encontraron diferençiâ çînnificatibâ en la perçêççión de la competençia y contratabilidá çegún er trabaho: en empleô como mecánico de automóbilê, lâ perçonâ con açento no êttándâ çí eran conçebidâ como âttâ pa er puêtto.

Finarmente, un êttudio de Dixon, Mahoney y Cocks (2002) analiçó la perçêççión de curpabilidá dependiendo del açento: açento êttándâ inglêh o açento rehionâh inglêh, êççâttamente de Birmingam o Brûmmie. Lô reçurtáô môttraron que lô partiçipantê conçideraron a la perçona con açento rehionâh mâh curpable y con mâh probabilidá de reinçidîh que la de açento êttándâ.
Un caço de açento no êttándâ: lâ ablâ andaluçâ
Lâ ablâ andaluçâ, comúmmente conoçidâ como andalûh, çon una bariedá ablá del êppañôh carâtteriçá por un conhunto de râggô de pronunçiaçión que çon eterohéneô y diberçô entre eyô dentro de la mîmma comunidá. A diferençia de otrâ ablâ der territorio êppañôh, çe trata de un abla rehionâh que no çolo çe prâttica en la comunicaçión pribá, çino también en otrâ comberçaçionê cotidianâ (Narbona, Cano y Morillos, 2011).
El orihen de lâ ablâ andaluçâ çe remonta a lô çiglô XIV y XV, como conçecuençia de la dîttinçión der câtteyano trâ la reconquîtta de Al-Ándalû por parte de lô Reyê Católicô (Narbona, Cano y Morillos, 2011). La biçión negatiba açia el abla andaluça començó con la binculaçión de étta con lô tópicô morîccô. Êttâ âttitudê continuarían y çe berían alimentâh a lo largo de lô çiglô XVI y XVII por la perçêççión de Andaluçía como la úrtima rehión conquîttá y yegó a configurarçe un patrón êttereotípico de êttô ablantê: perçona fea, câttiça, înnorante, matona, baliente, con biçiô y con capaçidá comunicatiba limitá y burgâh, aunque con agudeça e imahinaçión (Narbona, Cano y Morillos, 2011). Açia er çiglo XIX er colêttibo andalûh era atribuío a claçê popularê y ar mundo rurâh, por lo que la burgeçía curta quedaba mu dîttingida de él. A lo largo der çiglo XX, la literatura çe açe eco de êtte côttumbrîmmo andalûh y lo combierte en protagonîttâ y perçonahê de obrâ en manô de andaluçê como lô ermanô Machado y lô ermanô Álvarez Quintero, lô cualê çí apoyaban y reibindicaban el andalûh çin prehuiçiô, y de êccritorê de fuera de la rehión como Palacio Valdés o Blasco Ibáñez, quienê, por er contrario, trataban al andalûh como «êh idioma der pueblo» (Narbona, Cano y Morillos, 2011). Çe çuma que el 70% de lâ perçonâ andaluçâ çufrió anarfabetîmmo durante er çiglo XX, por lo que çe perpetuó er prehuiçio açia eyâ conçiderándolâ incurtâ, incluço eyâ mîmmâ (Gutier, 2006).
En la âttualidá, çe mantienen lô prehuiçiô açia lâ ablâ andaluçâ y çe perçiben ideâ erróneâ de êtte colêttibo. Un ehemplo de eyo fue la imbêttigaçión realiçá por Santana-Marrero (2018) en la que partiçipantê de orihen çebiyano baloraron que la perçona con abla andaluça perteneçía a un puêtto de trabaho medio cualificao, con un nibêh de ingreçô medio y con un nibêh de êttudiô mayoritariamente çecundariô. Çin embargo, categoriçaron a lâ perçonâ con abla câtteyana como perçonâ con un puêtto de trabaho artamente cualificao, un nibêh de ingreçô arto y un nibêh de êttudiô uniberçitariô. Êttô reçurtáô muêttran cómo lô/âh mîmmô/âh informantê çebiyanô/âh manifêttaban er prehuiçio açia çu propia abla.
Açí mîmmo, lô/âh partiçipantê de orihen çebiyano del êttudio mençionao conçebían a lâ perçonâ de abla andaluça como mâh çimpáticâ y çercanâ, aunque poco intelihentê, incurtâ y maleducâh, ademâh de perteneçientê a una comunidá menô abançá e înnobadora frente a otrâ perçonâ con açento de otrâ rehionê êppañolâ (Santana-Marrero, 2018). De lo contrario, otro êttudio con partiçipantê çentro-norteñô môttraba a lô/âh locutorê/âh andaluçê/âh como menô çimpáticô/âh, curtô/âh, educáô/âh e intelihentê que otrâ ablâ êppañolâ como la canaria, rioplatençe o caribeña (Cestero y Paredes, 2018).
“Una vêh, un dirêttivo de êtta cadena [TVE] diho a zû compañerô, zin que ér zupiera que êttaba êccuxando, que tenía que hazêh argo pa zoluzionâh er problema de mi azento. Cuando lo êccuxé, le dihe que un ruzo en Madrîh, zeguía ziendo ruzo. ¿Por qué ér no tenía ningún problema y yo, por zêh andalûh, zi tengo que cambiâh mi azento?”
Manu Sánchez, Surnormal Profundo (2017)
En cuanto ar gûtto por el açento, el êttudio de Chiquito y Quesada (2014) muêttra que el andalûh êh er que menô agrá a nibêh naçionâh, frente ar madrileño, âtturiano o riohano, debío a que çe açoçia con una manera no elegante de ablâh, a un uço incorrêtto de la lengua por un nibêh baho de êccolariçaçión, a la dificurtá pa comprendêl-lo y a uçâh êppreçionê que çe encuentran fuera de contêtto o que çon marçonantê.
En definitiba, lâ imbêttigaçionê çobre er prehuiçio en ablâ andaluçâ çon êccaçâ. A día de oy çige çiendo una neçeçidá que çe deçarroyen mâh êttudiô çobre lô efêttô dîccriminatoriô açoçiáô a açentô no êttándarê, lô cualê êttán atrabeçáô por condiçionê îttóricâ de opreçión, imbiçibiliçaçión e incluço colonialidá.
Concluçión
Er prehuiçio açia lô açentô çe açe patente en murtitûh de êttáô. En Êppaña, er prehuiçio açia lô açentô rehionalê u otrâs lenguas coofiçialê êttá mu arraigao, como êh er caço de la catalanofobia [Véaçe Artículo: ¿Qué hay detrás de la Catalanofobia? La lengua como variable discriminatoria]
o de lâ ablâ andaluçâ, er cuâ çige repercutiendo negatibamente çobre la biçión reâh de êtte colêttibo. Lô andaluçê y andaluçâ çon côççientê de que êççîtte una identidá linguíttica colêttiba aunque plurâh. Çin embargo, êttâ ablâ çufren de dêpprêttihio y rexaço por parte de lô/âh mîmmô/âh andaluçê/âh u otrâ rehionê, lo que proboca una farta de autoêttima que yeba a êccondêh çiertâ peculiaridadê de êtte abla. A peçâh de eyo, er número de perçonâ que intenta no yebâh a cabo la acomodaçión açia er câtteyano êttándâ çe eleba con lô añô (Narbona, 2009). Un ehemplo de eyo, êh el interêh por la creaçión de contenío audiobiçuâh y mediático en er que el açento andalûh fueçe môttrao con orguyo, como çon er caço de Bandolero (2000), La Niña Repelente (2009) o Flaman (2013), çeriê pa menorê y adurtô preçentâh en la telebiçión autonómica o por YouTube. No ôttante, êtte hêtto no çe heneraliça a otrô programâ como çon lô informatibô por bía telebiçión o radio.
Lâ ablâ andaluçâ pueden êttâh preçentê en un telediario, una retrâmmiçión deportiba, un programa de umôh, en la múçica, la poeçía, er teatro, lô cânnabalê y en cuarquiêh trabaho, môttrándoçe açí como çeña de identidá que da a conoçêh el orihen de la perçona. A çu bêh, permitiría la normaliçaçión de éttâ, lo que conyebaría una dîmminuçión del rexaço. Nunca ê tarde pa abandonâh lô prehuiçiô, pero ¿empeçamô ya?
Agradeçimientô
Êppeçialê mençionê pa la EPA (Er Prinçipito Andalûh), colêttibo formao por êttudiôçxs y êttudiantê de la lengua êppañola y linguíttica proçedentê de toa Andaluçía, por la propuêtta de êtte tipo de êccritura del andalûh con er fin de elaborâh una ortografía que permita que lâ ablâ andaluçâ puedan êccribirçe a trabêh de grafemâ comunê a toâ çû bariantê, y también pa AndaluGeeks, un equipo de profeçionalê de la informática, programaçión, diçeño gráfico y lâ TICs que crearon, deçarroyaron y hêttionaron er proyêtto der Trâccrîttôh Andalûh, una erramienta que permite trâfformâh un têtto êccrito en câtteyano a otro que contenga lâ normâ ortográficâ del Andalûh EPA y graçiâ ar cuâ çe a podío yebâh a cabo la trâccrîççión de la berçión en câtteyano al andalûh en êtte artículo. Por eyo, agradeçêh enormemente a la EPA la aportaçión e interêh por conçegîh un andalûh êccrito y a AndaluHeeks por açêl-lo poçible.
Enlaçê de interêh
