Hoy en día las mujeres crecemos y nos desarrollamos en una sociedad donde nuestro cuerpo juega un papel importante en el contexto cultural. Desde siempre se nos ha inculcado la idea de que para tener éxito en la vida tenemos que ser bellas, y aquí aparece el papel de los medios de comunicación.
Constantemente nos están bombardeando con imágenes donde se cosifica sexualmente a la mujer, es decir, reducen a la mujer a su propio cuerpo sin considerar atributos internos (Sáez, Valor-Segura y Expósito, 2012). Esto lleva a que muchas mujeres tiendan a querer ser como las que aparecen en los medios de comunicación (Iglesias, 2015), y en muchas ocasiones dejan de percibir la cosificación sexual, es decir, no consideran que se les esté reduciendo a simples objetos sexuales, sino que se trataría de la única forma de conseguir éxito y poder (Sáez, 2016). Por ejemplo, en el caso de las mujeres estereotipadas que aparecen en publicidad ligeras de ropa, esa imagen va a simbolizar el erotismo (De Andrés, 2006), que es donde se presenta la cosificación sexual. Esto es el estereotipo publicitario, el cual se transforma en signos en función de las personas que aparezcan representadas en un anuncio (De Andrés, 2006). Es decir, la figura de una persona que aparece en un anuncio de manera estereotipada responde a una estructura simbólica. Por tanto, se puede observar que a través de los mensajes de la publicidad nos mandan diferentes estereotipos de un grupo social, como se suele dar en mayor medida con las mujeres.
Los medios de comunicación y la evolución de las tecnologías, hacen que cada vez aparezcan más imágenes publicitarias retocadas digitalmente, y el contenido de muchos anuncios no se ajusta a la realidad. Por tanto, al ser estas imágenes presentadas como reales, hacen que muchas mujeres estén en persistente comparación para conseguir el ideal de belleza. Esto puede conllevar en algunas ocasiones la aparición de diferentes problemas como es la preocupación por la imagen corporal (Ladero, 2016). Entonces, el problema surge cuando no se pueden alcanzar esas expectativas y esos estereotipos de belleza debido a que lo que nos presentan los medios se basan en mujeres con una perfección artificial. Es por todo esto que mantener una imagen atractiva se convierte en una excusa que está potenciada por las diferentes industrias. Estas venden esos ideales de belleza, las cuales se acaban enriqueciendo de las inseguridades que van mostrando las mujeres (Bernad, 2010).
El mercado industrial genera demandas que están relacionadas con el cuerpo de la mujer, donde se va a dar publicidad a los productos de belleza y a las dietas. Esto va a conllevar que algunas mujeres se obsesionen cada vez más por la belleza, por el cuerpo y por esos modelos inalcanzables que nos presentan constantemente, llevando a la aparición de enfermedades de la conducta alimentaria, como la bulimia y la anorexia (López Pérez, 2009 citado en Martínez-Oña y Muñoz-Muñoz, 2014). Es decir, las mujeres estamos sometidas a una presión social relacionada con la belleza, por lo que si nos salimos de la norma social establecida actualmente, se puede presentar insatisfacción con la propia imagen corporal(Casillas-Estrella, Montaño-Castrejón, Reyes-Velázquez, Bacardí-Gascón, Jiménez-Cruz, 2006), que está mantenida por los medios.
Según Calado y Lameiras (2014 citado en Ladero, 2016), para explicar la influencia de los medios de comunicación, existen dos teorías:
- Teoría de la comparación social. Hay una necesidad de recibir opiniones e información para evaluar diferentes situaciones que se nos presentan como nuevas, lo cual se hace por medio de la comparación (Festinger, 1954 citado en Ladero, 2016). Algunas mujeres, al exponerse a los estereotipos de belleza que ofrecen los medios de comunicación, les lleva a la aparición de alteraciones relacionadas con la imagen corporal (Posavac, 2001 citado en Ladero, 2016). Por tanto, se presenta una relación positiva entre esa necesidad de comparación con las imágenes ofrecidas por los medios de comunicación y la insatisfacción que se presenta con la imagen corporal.
- Teoría de la interiorización. En el proceso de interiorización (Heinberg y col, 1995 citado en Ladero, 2016) se da la percepción del ideal de belleza y la creencia de que conseguir ese canon de belleza, que nos ofrecen los medios de comunicación, es totalmente necesario en nuestra vida. Toro (2004 citado en Ladero, 2016) afirma que antes de dejarnos llevar por el modelo de cuerpo delgado, es mejor conocer en primer lugar qué modelo de cuerpo es más aceptado por la sociedad en la que vivimos, ya que constantemente estamos expuestos a cambios en los estereotipos de belleza en función de la época y de los aspectos sociales, económicos y culturales del momento. Lo que ocurre es que el hecho de ser evaluadas y observadas por otras personas genera ansiedad, por lo que muchas mujeres van a invertir una gran cantidad de tiempo y esfuerzo en alcanzar esos estereotipos que son aceptados por el contexto cultural y por la sociedad (Ladero, 2016).
Con respecto a las intervenciones, The Body Project es un programa basado en la disonancia, y consiste en unas intervenciones escritas y comportamentales que incentivan a las mujeres a denunciar y criticar de forma pública el ideal de delgadez. Se ha demostrado que The Body Project es efectivo para mujeres con síntomas de trastorno de la conducta alimentaria subclínico (Stice et al., 2012 citado en Green et al., 2018), consiguiendo reducir los factores de riesgo (la internalización del ideal de belleza, la insatisfacción con el cuerpo, restricción dietética y los efectos negativos) y los síntomas de los trastornos de la conducta alimentaria (Green et al., 2017). Las investigaciones confirman la existencia de relación entre la auto-cosificación, la comparación social inadaptada, la interiorización del ideal de delgadez, impulso hacia la delgadez y la insatisfacción corporal (Myers, Ridolfi, Crowther y Ciesla, 2012 citado en Green et al., 2018), por lo que la comparación social y la auto-objetivación pueden ser importantes a la hora de abordar las intervenciones destinadas a disminuir los síntomas del trastorno de la conducta alimentaria.
A modo de conclusión, considero que el canon de belleza que hoy es aceptado por la sociedad puede que mañana no sea el mismo, por lo que bajo mi punto de vista es muy importante que la sociedad sea consciente de que no hay que estar adaptándonos constantemente a los cánones debido al carácter fluctuante y cambiante. La belleza material bajo mi punto de vista es pasajera, por lo que con el paso del tiempo y de los años se va a ir marchitando, al igual que los cánones y estereotipos de belleza.
Ángela González
BIBLIOGRAFÍA
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Casillas-Estrella, M., Montaño-Castrejón, N., Reyes-Velázquez, V., Bacardí-Gascón, M., y Jiménez-Cruz, A. (2006). A mayor IMC mayor grado de insatisfacción de la imagen corporal. Rev Biomed, 17, 243-249.
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Green, M.A., Kroska, A., Herrick, A., Bryant, B., Sage, E., Miles, L., Ravet, M., Powers, M., Whitegoat, W., Linkhart, R. & King, B. (2018). A preliminary trial of an online dissonance-based eating disorder intervention. Eating Behaviors, 31, 88-98.
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Ladero, Mª (2016). Influencia de los estereotipos de belleza actuales en la percepción de la imagen corporal (Trabajo de Fin de Grado). Universidad Pontífica de Salamanca, España. Disponible en: https://summa.upsa.es/high.raw?id=0000043596&name=00000001.original.pdf
Martínez-Oña, Mª y Muñoz-Muñoz, A.Mª. (2014). Iconografía, estereotipos y manipulación fotográfica de la belleza femenina. Estudios sobre el Mensaje Periodístico, 21 (1), 369-384.
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Sáez, G. (2016). Cosificación sexual: nuevas formas de violencia contra la mujer (Tesis Doctoral). Universidad de Granada, España. Disponible en: http://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/44017/26127337.pdf?sequence=6&isAllowed=y