¿Por qué se sigue manteniendo la desigualdad y la discriminación en la sociedad?

España registró 309 denuncias por discriminación racial en 2016, un 25% más, en especial por racismo institucional (EUROPA PRESS, 2017). La brecha salarial entre hombres y mujeres alcanza el 24% en España, la más alta de los últimos seis años (ABC, 2017). Neonazis de todo el Estado convocan una concentración en Zaragoza (Info Raxen, 2017). Tres menores, detenidos por agredir a un transexual (El país, 2017).

Estos son sólo algunos ejemplos de noticias y datos de discriminación y desigualdad a nivel nacional. Lo preocupante es que existen muchos más y también a nivel internacional. Muchas veces pensamos que nuestra sociedad, aunque mejora en algunos aspectos sobre estos problemas, nunca parece terminar del todo con la discriminación y la desigualdad, pero ¿por qué se mantienen las discriminaciones y desigualdades en nuestra sociedad?

La Teoría de la Dominancia Social (Sidanius & Pratto, 1999) trata de explicar porque se sigue manteniendo la dominancia de las jerarquías de status y la existencia de los prejuicios y la discriminación. Todas Las sociedades se organizan en jerarquías basadas en grupos con mayor estatus social y poder sobre otros grupos. Estas sociedades tienen tres sistemas distintos de jerarquía grupal:

1) Un sistema de edad, en el cual las personas adultas tienen un poder social sobre los niños y niñas.

2) Un sistema de género, en el que los hombres tienen un poder social y político desproporcionado en comparación con las mujeres.

3) Un sistema de conjuntos arbitrarios, en el cual los grupos son construidos sobre bases «arbitrarias» es decir, bases creadas por el ser humano que si las sociedades no las hubieran creado estas no existirían, y las persona cuando nacen no puede elegir a cuál pertenecer como la nacionalidad, la etnia, la clase o la religión. Algunos grupos obtienen mayores cosas positivas y menos negativas que otros.

Este último tiene mayor nivel de coacción, violencia y letalidad que las otras dos jerarquías (por sistema de edad y de género), además es en el único sistema donde se puede exterminar por completo al otro grupo, por ejemplo, hay casos en los que un etnia ha intentado exterminar a otra, por ejemplo, los judíos en la Alemania nazi sufrieron un fuerte exterminio (Hilberg, 2005) actualmente en Birmania, los rohinyás son considerados extranjeros y una amenaza para el país, y son víctimas de múltiples discriminaciones y atrocidades por parte del ejército Birmano (La voz de Galicia, 2017).

Pero ¿cuáles son los mecanismos que producen y mantienen una jerarquía social basada en el grupo?

Según la teoría de la dominancia social, la jerarquía es producida por efectos de discriminación a través de: instituciones, individuos y procesos intergrupales. Mediante la legitimación o aceptación de mitos o ideologías sociales, la sociedad favorece a un grupo dominante sobre otro grupo subordinado discriminándolo.Nueva imagen

 

Estos “mitos legitimadores” son todos aquellos valores, actitudes, comportamientos, creencias, estereotipos e ideologías culturales aceptados en una sociedad que ayudan a que existan desigualdades entre unos grupos y otros. Por ejemplo, el prejuicio de que las mujeres son más débiles que los hombres hace que las mujeres permanezcan por debajo del hombre. Existen dos tipos de mitos legitimadores:

  1. Los mitos legitimadores que mejoran la jerarquía: aquellos mitos que aumentan y justifican la desigualdad entre los grupos y la dominación de uno sobre otro, como por ejemplo todas aquellas formas de racismo, sexismo, estereotipos y clasismo . Todos estos mitos se usan para decir que la desigualdad es algo justo y natural, y además pueden llevar a los grupos subordinados a mantener la opresión colaborando con los grupos dominantes, ayudan a que el dominio no se cuestione. Estos mitos son defendidos en mayor parte por los grupos dominantes.
  2. Los mitos legitimadores atenuantes de la jerarquía: son todo lo contrario, es decir todos aquellos mitos que disminuyen la desigualdad y la dominancia social, como por ejemplo los derechos humanos y el feminismo. El principal problema es que según la teoría estos tienden a aceptarse menos que la jerarquía, a pesar de que son más defendidos por los grupos subordinados.

Discriminación institucional

Muchas instituciones pueden mejorar o aumentar la jerarquía de grupos, estas instituciones dan valor social más positivo y menos negativo a los grupos dominantes que a los subordinados, de esta forma mantienen las desigualdades. Algunos ejemplos serían instituciones financieras (que maximizan las ganancias), corporaciones transnacionales, organizaciones de seguridad interna (por ejemplo, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, instituciones penitenciarias, etc.) ​​y sistemas de justicia penal.

Sin embargo, existen otras instituciones que tienen el efecto contrario, es decir que contribuyen a disminuir las jerarquías ayudando mucho más a los grupos subordinados e intentan abrir el acceso a los recursos de estos grupos (por ejemplo, los servicios públicos), un claro ejemplo serían todas aquellas organizaciones de bienestar, de derechos humanos y civiles. La asimetría de poder que existe entre este tipo de instituciones y las anteriores, también aumenta y mantiene las jerarquías.

Discriminación individual

Un ejemplo de este tipo de discriminación sería no contratar a alguien por su sexo o etnia más que por sus aptitudes para el puesto. Miles de estos actos individuales de discriminación a lo largo del tiempo permiten mantener la desigualdad social grupal. La estructura de la sociedad tiende a mantener la jerarquía ya que las personas del grupo dominante tienen poder por el mero hecho de pertenecer a ese grupo, no por sus características personales. Estas personas tienen más cosas de valor social positivo (por ejemplo, alto poder y estatus, ocupaciones laborales de bajo riesgo, más y mejores alimentos, casas más grandes y seguras…)  que pueden dar a otros, y más poder para hacer que las cosas de valor social negativo (bajo poder y estatus, ocupaciones laborales de alto riesgo, casas más pobres, peores alimentos, peor sistema de salud, sanciones severas) se den a las personas de otros grupos subordinados.

Procesos intergrupales colaborativos en la discriminación

Los procesos o actividades intergrupales también ayudan a mantener y aumentar la desigualdad social entre de los grupos. Esto se logra con tres tipos diferentes de “asimetría conductual” (tipos de conductas de dominantes y subordinados que favorecen más a los dominantes):

  1. Sesgo asimétrico del endogrupo: Los miembros del grupo dominante tienen mayor favoritismo grupal con respecto al grupo subordinado, que los miembros del grupo subordinado con respecto al grupo dominante. Un ejemplo sería que hay más hombres blancos que prefieran contratar a hombres blancos que hombres negros que prefieran contratar a hombres negros. Los del grupo dominante son más favorecidos además gracia a los mitos legitimadores. De modo que cuanto más justo se perciba el sistema social mayor favoritismo interno tendrán los dominantes en comparación con los subordinados.
  2. Auto-debilitación: Esto ocurre cuando los miembros del grupo subordinado realizan actos autodestructivos y dañinos para ellos mismos a niveles más altos que los dominantes, aumentando aún más su subordinación (por ejemplo, los mayores niveles de criminalidad, violencia dirigida dentro del grupo, abuso de drogas).
  1. Asimetría ideológica: Implica que existe una mayor compatibilidad entre los procesos psicológicos, las creencias, las actitudes y los comportamientos que facilitan el dominio del grupo entre los miembros del grupo dominante que entre los miembros del grupo subordinado. Por ejemplo, la mayoría de hombres pueden creer que las mujeres son débiles, pero la mayoría de las mujeres no están de acuerdo en que las mujeres son fuertes.

Los miembros del grupo subordinado a menudo apoyan políticas que favorecen a los dominantes, y aunque estos miembros aceptan los mitos legitimadores relacionados con ambos grupos, los miembros del grupo dominante los aceptarán más y tienen mayor deseo de dominación y desigualdad basada en el grupo.

Lo que nos explica esta teoría nos hace ver que parece muy difícil acabar con las jerarquías, discriminaciones y los procesos que llevan a ellas, y en definitiva la existencia de un grupo que siempre va a dominar sobre otro. Pero también nos muestra que existen valores, actitudes, comportamientos, creencias e ideologías culturales que tienen la fuerza de disminuir las desigualdades discriminaciones y jerarquías, y es esto a lo que debemos agarrarnos para producir el cambio social. Es difícil, pero se puede, todos podemos hacerlo creyendo y participando en todas estas ideas y actitudes que destruyen la discriminación, adoptándolas poco a poco en nosotros mismos en el día a día.

La desaparición del sentido de responsabilidad es la mayor consecuencia de la sumisión a la autoridad

Stanley Milgram

Aquí dejo un enlace a un vídeo de una clase magistral de James Sidanius el cual explica su teoría de la dominancia social (puede ponerse los subtítulos en español seleccionándolo en el botón de herramientas del vídeo)

 

Noelia Jorge de la Calle

BIBLIOGRAFÍA

Pratto, F., Sidanius, J., & Levin, S. (2006). Social dominance theory and the dynamics of intergroup relations: Taking stock and looking forward. European review of social psychology17(1), 271-320.

Pratto, F., Liu, J. H., Levin, S., Sidanius, J., Shih, M., Bachrach, H., & Hegarty, P. (2000). Social dominance orientation and the legitimization of inequality across cultures. Journal of cross-cultural psychology31(3), 369-409.

Sidanius, J., &Pratto, F. (1999). Social dominance theory: an intergroup theory of social hierarchy and oppression. Cambridge: Cambridge University Press.

Europa Press (15 de septiembre de 2017). España registró 309 denuncias por discriminación racial en 2016, un 25% más, en especial por racismo institucional. Europa Press. Recuperado de http://www.europapress.es/epsocial/derechos-humanos/noticia-espana-registro-309-denuncias-discriminacion-racial-2016-25-mas-especial-racismo-institucional-20170915120504.html

Barroso, F.J (20 de noviembre de 2017) Tres menores, detenidos por agredir a un transexual. El país. Recuperado de https://elpais.com/ccaa/2017/11/19/madrid/1511120614_596933.html.

Raxen (16 de diciembre de 2017) Neonazis de todo el Estado convocan una concentración en Zaragoza. Info Raxen. Recuperado de http://www.informeraxen.es/neonazis-de-todo-el-estado-convocan-una-concentracion-en-zaragoza/

ABC (12 de enero de 2017). La brecha salarial entre hombres y mujeres alcanza el 24% en España, la más alta de los últimos seis años. ABC.es. Recuperado de http://www.abc.es/economia/abci-brecha-salarial-entre-hombres-y-mujeres-alcanza-24-por-ciento-espana-mas-alta-ultimos-seis-anos-201602191336_noticia.html

Agencias, O.S (18 de septiembre de 2017). Todas las claves sobre el exterminio de los rohinyás en Birmania. La Voz de Galicia. Recuperado de https://www.lavozdegalicia.es/noticia/internacional/2017/09/18/claves-sobre-exterminio-rohingya-birmania/00031505719510467744809.htm

Diversidad Funcional e Inserción Laboral

Actualmente, se hace difícil encontrar un puesto de trabajo en nuestro país para aquellas personas etiquetadas erróneamente “normales”, debido cada vez más a la cantidad de requisitos que se exigen y a la cantidad de desempleo que estamos teniendo en España (sobre todo a raíz de la crisis económica), por lo tanto, qué otros obstáculos añadidos a esto podrán encontrarse aquellas personas con diversidad funcional.

Estas personas con diversidad funcional, son un colectivo que siempre ha sido estigmatizado por la sociedad, entendiendo por estigma según Edwin Goffman (1963) como “la presencia de un adjetivo personal maligno y denigrante, el cual provoca que una persona sea vista de forma distinta a las demás”.

Concretamente podemos decir que el estigma es fruto de distintas formas de estereotipia, la cuales suceden en un entorno determinado (Pedersen, 2009). Pues bien como menciona Ana Isabel Rueda (2017), actualmente, mucho de estos estereotipos perjudiciales lo sufren aquellas personas que presentan algún tipo de diversidad funcional. Como argumenta la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2011) el 15% de las personas que conforman el mundo, poseen alguna diversidad funcional.

Si bien es verdad, que dentro de este colectivo, no todas las diversidades funcionales se ven de la misma manera, es decir, no todas están sujetas a estigmas y discriminación. Sin embargo, no es el caso de aquellas personas que sufren diversidad funcional mental, las cuales, según el grado de afectación (por ejemplo esquizofrenia) son vistas con etiquetas negativas, y son percibidas como peligrosas y violentas, además de ser consideradas menos capaces intelectualmente que el resto de personas (Link et al., 1989). Como consecuencia de todo este proceso, este colectivo es excluido y discriminado socialmente. Que una persona ostente la etiqueta de “enfermo mental”, quizás sea el rasgo más particular que actúa de manera perjudicial en la búsqueda de una vida autónoma y de una efectiva reintegración social (Link et al., 1989) y esto es debido a ciertas variables tanto personales como socioculturales.

Las estadísticas muestran que las personas con diversidad funcional no alcanzan niveles de estudios superiores, tan solo el 6% obtiene un título universitario, “lejos del 40% que se plantea como objetivo la UE para el año 2020” (Eldiario.es, 2017). Como bien explican Aguilar Conde & Yusta Sainz, (2017) aunque se han desarrollado mejoras y se están cometiendo en España tareas inclusivas en la escuela, la integración en el trabajo normalizado de este colectivo supone todavía un desafío. El objetivo de ayudar en la completa integración de lxs escolares con alguna diversidad funcional, se ve estancado una vez que estxs niñxs finalizan su etapa en el colegio.

Estos investigadores concluyen que las personas con diversidad funcional muesran con respecto al resto de personas, peores porcentajes de empleabilidad y sueldo en cuanto al empleo regulado. Esencialmente la tasa de desempleo es un 9% superior que las personas que no sufren algún tipo de diversidad funcional. Una de las razones puede ser la enorme escasez de contratos que se les realiza a estas personas.

Nueva imagen (3)Para ir reduciendo y por consiguiente erradicar por completo esta problemática situación, se llevan desarrollando desde hace varios años, por parte de los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), propuestas de mejora en cuanto a la integración profesional de este colectivo, con el fin de mejorar las probabilidades de trabajo (Clayton et al., 2011). Un claro ejemplo de estas propuestas, como este mismo artículo de Clayton et al., (2011) nos muestra, fue un programa que se realizó en Gran Bretaña, el cual mostró un efecto positivo en su intervención pero pese a todo, reveló que ayudaba más a aquellas personas con algún tipo de diversidad funcional sensorial que las personas con diversidad funcional intelectual.

Aquí en España por ejemplo, existen distintas herramientas para mejorar la inserción laboral de estas personas. Uno de los modelos de intervención que desarrolla acciones y servicios que permiten combatir la exclusión laboral de dicho colectivo y apuesta por una completa integración en el mercado de trabajo ordinario es el “Modelo de Empleo con Apoyo”. Se trata de una herramienta centrada en el acompañamiento técnico e individualizado, cuyo objetivo final es la plena inserción profesional en el mercado de trabajo de estas personas que conforman el colectivo de diversidad funcional. Apostando desde un primer momento, por unos valores integradores socialmente y por la contribución de la persona con diversidad funcional en todo el proceso de inclusión laboral, siendo esta la protagonista en todo momento (Egido Gálvez et al, 2009).

Es significativo destacar que el o la profesional que acompaña en todo este proceso a la persona con diversidad funcional, debe desarrollar ciertas funciones que son importantes de cara a la correcta utilización de esta herramienta o de este modelo de empleo. Para ello, es trascendental que desarrolle un completo asesoramiento tanto laboral como personal y no solo a la persona en cuestión, sino también a la empresa acogedora y al entorno familiar.

Además es necesario trabajar a la vez con estas personas distintas habilidades, como por ejemplo, el desarrollo de un autoconcepto positivo, para que así mejore la imagen que tienen de ellos mismos y no tengan recelo a la hora de interaccionar con lxs demás; que mejoren la confianza en sí mismxs y que no se infravaloren (Riaño Galán, García Ruiz, Rodríguez Martín & Álvarez Arregui, 2016). En definitiva, empoderar a estas personas para que, como se dijo en un principio, consigan una vida lo más autónoma e integradora socialmente posible.

Para finalizar esta entrada, quiero mostrar un ejemplo donde se puede ver de forma más clarificadora el empleo con apoyo, con el hecho de profundizar más en la temática y conocer casos reales de este tipo de empleabilidad. Se trata de un audiovisual realizado por (Sociedad Insular para la Promoción de las Personas con Discapacidad (SINPROMI), 2015)

 

Alberto Gallego Peréz

 

BIBLIOGRAFÍA

 

Aguilar Conde, P., & Yusta Sainz, N. (2017). LA INSERCIÓN LABORAL DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD. 3C Empresa: Investigación Y Pensamiento Crítico, 6(2), 1-19. http://dx.doi.org/http://dx.doi.org/10.17993/3cemp.2017.060230.1-19/

Clayton, S., Barr, B., Nylen, L., Burström, B., Thielen, K., & Diderichsen, F. et al. (2011). Effectiveness of return-to-work interventions for disabled people: a systematic review of government initiatives focused on changing the behaviour of employers. European Journal Of Public Health, 22(3), 434-439. http://dx.doi.org/10.1093/eurpub/ckr101

Egido Gálvez, I., & Cerrillo Martín, R., & Camina Durantes, A. (2009). La inclusión social y laboral de las personas con discapacidad intelectual mediante los programas de empleo con apoyo. Un reto para la orientación. Revista Española de Orientación y Psicopedagogía, 20 (2), 135-146.

El Empleo con Apoyo – AESE – Asociación Española de Empleo con Apoyo. (2008). Empleoconapoyo.org. Recuperado el 20 de Febrero de 2018, de: http://www.empleoconapoyo.org/aese/article15.html

Goffman, E. (1963). Stigma: Notes on the Management of Spoiled Identity. Englewood Cliffs, New Jersey: Prentice Hall.

Link, B.G., Cullen, F.T., Struening, E., Shrout, P.E. and Dohrenwend, B.P. (1989). A modified labeling theory approach to mental disorders: an empirical assessment. American Sociological Review, 54 (3), 400-423.

Organización Mundial de la Salud. (2011). Informe mundial sobre la discapacidad (pp. 1-27). Malta. Recuperdao de:  http://www.who.int/disabilities/world_report/2011/accessible_es.pdf?ua=1

Pedersen, D. (2009). Estigma y exclusión social en las enfermedades mentales: apuntes para el análisis y diseño de intervenciones. Acta Psiquiátrica Y Psicológica De América Latina55(1), 39-50.

Riaño-Galán, A., García-Ruiz, Rodríguez, A. y Álvarez-Arregui, E. (2016). Calidad de vida e inserción socio-laboral de jóvenes con discapacidad. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 18(1), 112-127.

Rueda, A. (2017). DIVERSIDAD FUNCIONAL: ¿INTEGRACIÓN O DISCRIMINACIÓN? PRE-diversando. Recuperado de: https://prediversandoblog.wordpress.com/

Sociedad Insular para la Promoción de las Personas con Discapacidad (SINPROMI). (2015). Experiencias de Empleo con Apoyo. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=m_JKVn4RkYM

¿Cómo podemos reducir el prejuicio hacia otras personas?

Ya que has decido leer esta entrada, te pido que te tomes un momento para pensar sobre las siguientes cuestiones: ¿Has tenido últimamente algún prejuicio hacia otra persona? ¿Cuál ha sido? ¿Cuáles han sido las consecuencias de ese prejuicio? ¿Quieres cambiar esa forma de pensar?   

Muchas veces los prejuicios y el uso de estereotipos negativos tienen consecuencias perjudiciales tanto para grupos como para individuos, ya que pueden fomentar la estigmatización, la exclusión, la descriminación y la desigualdad. Eso convierte la reducción de los prejuicios en una tarea importante para mejorar la convivencia en nuestra sociedad.

El prejuicio: un sesgo implícito

Para poder hablar sobre el prejuicio, hay que tener en cuenta que este se puede manifestar de diferentes formas. No se trata solamente de expresar verbalmente un prejuicio sobre un cierto grupo, sino también de cómo reaccionamos en momentos donde no tenemos tiempo para pensar o no controlamos la respuesta. Por tanto se suele diferenciar entre sistemas y procesos implícitos o explícitos. El sesgo implícito hace referencia asociaciones automáticas sobre estereotipos o actitudes hacia grupos específicos (Godsil y cols, 2014). Un ejemplo podría ser la rapidez y la probabilidad de que un policía disparase a una persona desarmada en función del color de su piel. En las investigaciones actuales se ha hecho frecuente uso de una medida llamada “test de asociacón implícita”. Por tanto, las intervenciones han de centrarse tanto en aspectos conscientes, como la motivación (Legault y cols., 2011) como inconscientes, como el sesgo implícito (Godsil y cols, 2014).

Cómo romper el hábito del prejuicio

Para poder romper el hábito del prejuicio se tienen que dar dos prerequisitos. Primero, las personas tienen que ser conscientes de sus sesgos y segundo, deben estar preocupadas sobre las consecuencias de estos sesgos. La estrategia general trata de concienciar a las personas sobre la naturaleza y las consecuencias del sesgo implícito (Devine y cols., 2012). Las estrategias específicas utilizadas en diferentes estudios para reducir el sesgo implícito se presentan en la siguiente tabla:

 

Estrategia

Descripción Ejemplos

Reemplazar estereotipos (Godsil y cols, 2014)

Reconocer respuestas como estereotipos, denominarlas como tal y reemplazarlas por respuestas no estereotípicas

Ver a un hombre llorar, pensar que no debería llorar por ser un hombre, darse cuenta de que ese pensamiento se debe al estereotipo de que los hombres no deben mostrar sentimientos y pensar que el género no debe determinar nuestra expresión emocional.

Imaginación o exposición en contra del estereotipo (Dasgupta y Asgari, 2004)

 

Imaginarse o exponerse a ejemplos positivos de grupos discriminados para crear conflicto con la validez de estereotipo

Barack Obama y Angela Merkel son personas que destacan ya que no reflejan  los estereotipos asociados a su color de piel o su género.
Individuación (Godsil y cols, 2014) Obtener información específica de los miembros del grupo discriminado para prevenir interferencias por parte de los estereotipos

Hablar con personas e intentar averiguar sus características personales, especialmente las que son diferentes a las asociadas a los estereotipos, como una mujer a la que le gusta el fútbol.

Toma de perspectiva (Todd y cols, 2011)

Adoptar la perspectiva de una persona de un grupo estigmatizado Ponerse en la situación de una persona homosexual  que vive en una sociedad que no respeta su orientación y la discrimina por ello.
Crear contacto intergrupal (Dhont y Van Hiel, 2011) El contacto entre grupos puede reducir el sesgo implícito a través de una gran variedad de mecanismos

Relacionarse con personas musulmanas crea la oportunidad de descubrir la diversidad que hay dentro ese grupo.

 

Importancia de la motivación en la reducción del prejuicio

Ahora que hemos visto las estrategias que se utilizan para reducir el prejuicio vamos a hablar sobre la motivación necesaria para reducirlo. En relación al prejuicio se ha formulado el modelo de regulación autodeterminada del prejuicio (Legault y cols., 2007). De forma resumida se puede decir que describe seis tipos de motivaciones y sus implicaciones en la regulación del prejuicio. El modelo se resume en la siguiente tabla:

Procesos de motivación no autoregulados

Procesos de motivación autoregulados

Amotivación

Regulación externa Regulación introyectada Regulación identificada

Regulación integrada

Motivación intrínseca
Hace referencia a la falta de intención de actuar y resulta en la ausencia de la acción o en una acción pasiva.

Por tanto no hay relación entre el motivo y la intención de regular el prejuicio.

Esta motivación es instrumental, es decir, la conducta se realiza para obtener recompensas o evitar consecuencias negativas.

La regulación depende de la situación o del control social (por ejemplo deseabilidad social).

Los incentivos externos han sido interiorizados parcialmente pero no están aceptados como propios. Se trata de una regulación para evitar culpa o para incrementar la autoestima. Por tanto la regulación se debe a la ansiedad; se basa en emociones conscientes y depende de estímulos sociales. Las metas se perciben como importantes y aunque no formen parte del sistema de creencias, la regulación de estas metas se valora. La conducta se realiza para obtener resultados valorados como importantes a nivel personal.

Por tanto representa un concepto integrado de igualdad que está unido a un sistema de valores.

Las metas dirigidas por esta motivación son reforzantes en si mismas y se mantienen en ausencia de incentivos y en presencia de barreras externas.

Contribuir a la igualdad es inherente y satisfactorio para el individuo.

Bajo                                        Grado de autoregulación                                        Alto

Ejemplos de pensamientos sobre el prejuicio

Es socialmente inaceptable discriminar a alguien en función de su cultura.

Para mí es importante no ser prejuicioso.

 

Las personas de mi entorno social desaprueban conductas prejuiciosas.

Igualdad y derechos iguales entre diferentes grupos culturales son valores importantes.

Debería evitar ser racista.

Valoro la diversidad.

Los resultados del estudio de Legault y cols. (2007) confirman el modelo teórico en este ámbito y por tanto la importancia de la motivación en la reducción del prejuicio. Un mayor grado de autorregulación conlleva a un mayor grado internalización y por tanto a un mayor grado de determinación para reducir los prejuicios. Esa motivación internalizada juega un papel importante en la reducción eficaz del prejuicio, como veremos en el siguiente apartado.

 

Problemáticas asociadas con la intervención

¿Qué pasa cúando alguien participa en una intervención que presuntamente debe reducir el prejuicio pero carece de la motivación adecuada? ¿Puede ser que el intento de reducir el prejuicio acabe aumentado el prejuicio en vez de reducirlo? Para intentar responder a esa misma pregunta y basándose en la teoría de la autodeterminación, Legault y cols. (2011) realizaron un estudio. Los resultados de este estudio indican que si las medidas en contra del prejuicio se presentan como una decisión libre y se explica el por qué es importante reducir el prejuicio, entonces se consigue reducir el prejuicio.

Un ejemplo de este tipo de intervenciones sería la siguiente campaña de las Naciones Unidas, que enfatiza que  todos y cada uno de nosotros podemos decidir cómo vemos a otras personas y cómo las tratamos.

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Sin embargo, si las medidas en contra del prejuicio se presentan como una medida de control, enfatizando la obligación de combatir el prejuicio y adaptarse a las normas sociales de no prejuzgar, entonces el prejuicio puede aumentar en vez de reducirse.

Esta campaña sería un ejemplo de ese tipo de intervención. Se lanzó en 1996 en el Reino Unido y compara el tamaño de los cerebros de diferentes etnias con el cerebro de una persona racista y por tanto llama descerebrados a los racistas. Este enfoque no ayuda a concienciar ni a motivar a estas personas para reducir sus prejuicios.

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¿Cómo llevamos estos resultados al ámbito aplicado? Es importante enfatizar los valores de igualdad y diversidad a la hora de reducir los prejuicios para que se internalicen. Una vez que estén internalizados es más probable que se mantengan estables en el tiempo. Además, hay que destacar la autonomía de la persona, tener en cuenta su motivación y no crear una presión social, ya que ese tipo de medidas de control, pueden ser contraproducentes y aumentan el prejuicio en vez de reducirlo. No hay que olvidar que aquí solo hemos hablado de cambios personales, pero no hay que obviar la necesidad de cambios a niveles culturales e institucionales.

 Al principio de la entrada se mencionó el “test de asociación implícita”. En la red es posible acceder a este instrumento para evaluar nuestro sesgo implícito hacia distintos grupos sociales: https://implicit.harvard.edu/implicit/spain/.

Para terminar dejo un vídeo sobre la homofobia que intenta hacernos ver la importancia de respetar la sexualidad de otras personas a través de la empatía y la toma de perspectiva, y de esa forma fomentar la diversidad.

 

Miguel Pelegrina Bonilla

BILIOGRAFÍA

Dasgupta, N., & Asgari, S. (2004). Seeing is believing: Exposure to counterstereotypic women leaders and its effect on the malleability of automatic gender stereotyping. Journal of Experimental Social Psychology40(5), 642-658.

Devine, P. G., Forscher, P. S., Austin, A. J., & Cox, W. T. (2012). Long-term reduction in implicit race bias: A prejudice habit-breaking intervention. Journal of experimental social psychology48(6), 1267-1278.

Dhont, K., & Van Hiel, A. (2011). Direct contact and authoritarianism as moderators between extended contact and reduced prejudice: Lower threat and greater trust as mediators. Group Processes & Intergroup Relations14(2), 223-237.

Godsil, R. D., Tropp, L. R., Goff, P. A., & Powell, J. A. (2014). Addressing implicit bias, racial anxiety, and stereotype threat in education and health care. The Science of Equality1.

Hierro, Lola (2016). Campañas contra el racismo y otros gestos de tolerancia El País. Recuperado de https://elpais.com/elpais/2016/04/04/migrados/1459749600_145974.html

Legault, L., Gutsell, J. N., & Inzlicht, M. (2011). Ironic effects of antiprejudice messages: How motivational interventions can reduce (but also increase) prejudice. Psychological Science22(12), 1472-1477.

Legault, L., Green-Demers, I., Grant, P., & Chung, J. (2007). On the self-regulation of implicit and explicit prejudice: A self-determination theory perspective. Personality and Social Psychology Bulletin33(5), 732-749.

Naciones Unidas (2012). Las apariencias engañan. ¡Luchemos contra el rascismo.Naciones Unidas. Recuperado de http://www.un.org/es/letsfightracism/

Todd, A. R., Bodenhausen, G. V., Richeson, J. A., & Galinsky, A. D. (2011). Perspective taking combats automatic expressions of racial bias. Journal of personality and social psychology100(6), 1027.

 

Dos caras de una misma moneda: La verdadera naturaleza del sexismo

A pesar de que son muchas las personas que han oído hablar sobre el sexismo, pocas son capaces de  reconocer o distinguir sus diferentes expresiones. La gran mayoría estaría de acuerdo en aceptar como sexista preguntas del tipo ¿Tiene usted intención de quedarse embarazada?  realizada durante una entrevista de trabajo, pero puede que no coincidamos en calificar del mismo modo un halago hecho a una mujer por el buen gusto que ha tenido al decorar la mesa en navidad, aunque este se trate también de un acto sexista. La diferenciación entre estos dos tipos de sexismo se explica en la Teoría del Sexismo Ambivalente, propuesta por Glick y Fiske en 1996, donde se plantean dos tipos de sexismo: hostil (SH) y benévolo (SB). Ambos están articulados en función a tres factores comunes: Paternalismo, diferenciación de género y heterosexualidad.

En el primer caso (SH) nos encontramos ante la visión más clásica del sexismo. Este puede describirse como un conjunto de pensamientos y conductas negativas, prejuiciosas y estereotipadas, orientadas hacia la mujer mediante comportamientos discriminatorios de inferioridad. Es decir, nos encontramos ante aquel tipo de sexismo que se identifica con mayor rapidez y facilidad como tal, por ejemplo las agresiones sufridas por una mujer por parte de su marido. El SH considera que las mujeres tratan de obtener o conseguir más poder que los hombres, de esta manera se va a  dirigir a aquellas personas que desafíen esta supuesta superioridad (Glick y Fiske, 1996). En este sentido,  según Glick y Fiske (1996) los factores comunes del sexismo quedan definidos como:

  • Paternalismo dominador: La mujer se percibe como un ser inferior y débil.
  • Diferenciación de género competitiva: La mujer debe cumplir con un rol tradicional, que en gran medida le impide acceder a puestos de poder y liderazgo.
  • Heterosexualidad hostil: La mujer se ve como carente de sexualidad, manipuladora y amenazante, por lo que cualquier tipo de agresión sexual quedaría justificada.

 

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Ej.: Diferenciación de género competitiva. Dificultad de la mujer para acceder a puestos directivos (InfoLibre, 2017).

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Ej.: Heterosexualidad hostil. Caso de violación múltiple ocurrido en Pamplona durante los Sanfermines de 2016 (El Periódico, 2017).

 

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Ej.: Sexismo Benévolo (Huertas, 2014)

A modo de ejemplo, y para tratar de aclarar lo anteriormente comentado, en nuestra vida diaria podemos encontrar una gran diversidad de situaciones en donde el SB está presente: Comentarle a una compañera de trabajo lo “guapa” que viene, minimizando así  sus sentimientos de ser tomada en serio como profesional; tratar bien y elogiar a la mujer ama de casa por el buen trabajo que ha hecho; ceder el asiento o llevarle las bolsas a una mujer; abrir la puerta a una mujer por el hecho de serlo, etc. (Glick y Fiske, 1996). Una persona con actitudes sexistas benevolentes estará de acuerdo con frases del tipo “las mujeres deberían ser queridas y protegidas por los hombres” o “las mujeres, en comparación con los hombres, tienden a tener una mayor sensibilidad moral” (Crockett, 2016).

 

Todo lo expuesto anteriormente nos muestra una gran problemática, que ha estado y está muy presente en la sociedad, y que es necesario eliminar para alcanzar la igualdad de derechos y oportunidades en ambos sexos. Por este motivo, es fundamental trabajar a nivel de todos los colectivos sociales, haciendo un mayor hincapié en aquellos sectores que representan el futuro de la sociedad. Ante esto cabe preguntarse ¿está el sexismo igual de consolidado en lxs adolescentes españoles? o por el contrario, ¿se está dando un progreso hacia la igualdad entre géneros?

En la actualidad se ha dado un auge en los estudios que tratan de visibilizar el grado de sexismo interiorizado por lxs adolescentes españoles. Entre estos estudios se puede encontrar el Proyecto de Investigación sobre Sexismo y Violencia de Género en la Juventud Andaluza (2011) en donde se aportan datos llamativos como los siguientes: (1) El sexismo se da en lxs jóvenes de Andalucía, aunque va disminuyendo con el aumento de la edad y del nivel educativo. (2) A pesar de ello, se da una ceguera al sexismo benévolo en ambos sexos. (3) Las chicas tienden a puntuar más alto en el SB a diferencia de los chichos que lo hacen en el SH.

Pero ¿Cómo se desarrolla este prejuicio de género en adolescentes?, al igual que en el resto de prejuicios, en su origen están presentes tanto los aspectos internos (motivacionales o cognitivos del propio individuo) como externos (influencia social). En las etapas del desarrollo se da el paso de una infancia, donde construimos nuestra propia identidad endogrupal (Ej.: niño vs niña), a una adolescencia, donde la interacción con el exogrupo provoca un deseo de afiliación positiva que intensificará las expectativas del rol asociado al otro género. Es decir, surge una interdependencia, o necesidad de relación amorosa, generalmente de carácter heterosexual en parte basada en el desarrollo biológico y en parte construida socialmente, que se basará en las diferencias de poder y género adquiridas durante la infancia. Para las chicas se promoverán los roles de “princesa” o de perfección física y estética, mientras que para los chicos se promoverá el rol del “príncipe azul”. En este sentido, aquellas adolescentes que no se ajusten a este tipo de expectativas serán las que reciban conductas sexistas hostiles dado que son percibidas como amenaza al dominio masculino. Aquellas que, por el contrario, presenten rasgos estereotípicos evaluados positivamente, recibirán actitudes benevolentes. Todo esto puede tener como resultado un aumento del prejuicio de género, y del sexismo benévolo, debido a que la asunción de todas estas conductas estereotipadas y sexistas incrementan la probabilidad de socialización y éxito en la búsqueda de la relación amorosa. Las actitudes de hostilidad hacia la mujer no favorecerán a que estas asuman el rol tradicional que se les exige, pero esto si puede conseguirse a través del uso de  actitudes benevolentes  (Montañés, 2012).  Es decir, exigir a una mujer tener la casa limpia porque es su deber generará sentimientos negativos o de rechazo en la misma, pero felicitarla por ser capaz de trabajar y mantener el hogar en buen estado generará sentimientos positivos. De esta manera, se consigue reforzar el rol tradicional de la mujer manteniendo la desigualdad entre géneros.

Nueva imagen (4)“Crecemos en una sociedad en que muy pronto nos dan muñecas y aspiradoras en miniatura; y en la que sería vergonzoso que a los niños les gustarán este tipo de juguetes. Vemos cómo nuestras madres coordinan las tareas domésticas mientras que nuestros padres hacen lo que ellas les piden” (Clit, 2017)

El prejuicio y la discriminación hacia la mujer, más que desaparecer, ha evolucionado hacia nuevas formas más sutiles y aceptadas socialmente. Los datos del Proyecto de Investigación sobre Sexismo y Violencia de Género en la Juventud Andaluza (2011)  plasman un preocupante nivel de sexismo en jóvenes de entre 14 y 16 años que debe ser tenido en cuenta a la hora de desarrollar e implantar proyectos que garanticen, no solo alcanzar una igualdad de derechos y oportunidades, sino una concienciación sobre las consecuencias del sexismo y un cambio en el pensamiento y las actitudes tanto de hombres como de mujeres.

 

Esther Villegas Fernández

 

BIBLIOGRAFÍA

Crockett, E. (2016). Why misogyny won. Vox Journal. Recuperado de: https://www.vox.com/identities/2016/11/15/13571478/trump-president-sexual-assault-sexism-misogyny-won

 Clit, E., (2017),  Fallait demander!, Francia: Massot Éditions.

Junta de Andalucía, Consejería para la igualdad y Bienestar Social e Instituto Andaluz de la Mujer. (2011). Andalucía Detecta, sexismo y violencia de Género en la Juventud. Recuperado de: http://www.inmujer.gob.es/publicacioneselectronicas/documentacion/Documentos/DE0585.pdf

Durán Segura, M. (2010). Sexismo benévolo y violencia sexual: Percepción social de la violación en relaciones íntimas (Tesis doctoral). Departamento de Psicología Social, Granada.

El Periódico (2017). El juicio por violación grupal de San Fermín comenzará el 13 de noviembre. Recuperado de: http://www.elperiodico.com/es/sociedad/20170915/el-juicio-por-la-violacion-grupal-de-san-fermin-comenzara-trece-noviembre-6287466

Espinoza, Ornelas, R. M. (2016). Factores Psicosociales que intervienen en el incremento del sexismo benévolo (Tesis doctoral). Departamento de Psicología Social, Granada.

Glick, P. y Fiske, S. (2001). An Ambivalent Alliance: Hostile and Benevolent Sexism as Complementary Justifications for Gender Inequality. American Psychologist, 56 (2), 109-118.

Glick, P. y Fiske, S. (1996). The Ambivalent Sexism Inventory: Differentiating Hostile and Benevolent Sexism. Journal of Personality and Social Psychology, 70(3), 491-512.

Herrera Enríquez, M.C. (2009). Análisis psicosocial de la violencia de género: sexismo, poder y amenaza como factores explicativos (Tesis doctoral). Departamento de Psicología Social, Granada.

Huertas, M. (2014). Sexismo I: benevolencia y hostilidad. El poder de la mente: espacio de divulgación científica, enfocado a la psicología, la salud y el bienestar. Recuperado de: https://psiqueviva.com/sexismo-i-benevolencia-y-hostilidad/

InfoLibre (2017). Solo el 35% de los puestos directivos en empresas de la UE son mujeres, según Eurostat. Recuperado de: https://www.infolibre.es/noticias/politica/2017/03/06/solo_los_puestos_directivos_empresas_son_mujeres_segun_eurostat_62128_1012.html

Montañés Muro, P. (2012). Desarrollo del sexismo ambivalente y atractivo de las personas sexistas (Tesis doctoral). Departamento de Psicología Social, Granada.

El Poder de las Historias

¿Recuerdas las historias que oíste o leíste en tu infancia? ¿Historias que cautivaron tu imaginación y te permitieron ver el mundo a través de los ojos de otra persona o personaje? Quizás puedas recordar las historias que te contabas a ti mismx o a lxs demás sobre tus experiencias

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Independientemente de la cultura, la religión o el período de tiempo, las historias siempre han desempeñado un papel en la creación de significado, la configuración de nuestras identidades y la influencia de nuestros comportamientos. Aprendemos escuchando diferentes narraciones y nuestro conocimiento se basa en las historias que escuchamos o leemos (Schank y Berman, 2002). Las historias requieren menos energía mental para comprender que describir una serie de hechos y pueden crear «modelos situacionales» o escenarios que permiten relacionarse con las experiencias de los personajes de la historia (Boyd, 2009; Baretta y cols., 2009). Tal modo universal de comunicación podría ser un vehículo valioso para el cambio, particularmente en el área de las intervenciones sociales para reducir los prejuicios. Los prejuicios y los problemas sociales asociados, como la discriminación, la desigualdad y la violencia, afectan a los seres humanos en todos los rincones del mundo (Ver: ¿Qué es el prejuicio?)

Entonces, ¿cómo pueden las narrativas ayudar a reducir los prejuicios? Primero, tenemos que entender las teorías detrás de las técnicas de reducción de prejuicios

Una de las técnicas para reducir los prejuicios y mejorar las actitudes entre grupos de personas cuando el contacto directo entre los mismos no es realizable, es el contacto extendido (Wright, Aron, McLaughlin-Volpe y Ropp, 1997). De acuerdo con la hipótesis de contacto extendido, el conocimiento acerca de un miembro del endogrupo que tiene uno o más amigos cercanos de un exogrupo puede reducir los prejuicios. Por ejemplo, saber acerca de un español que tiene una estrecha amistad con un musulmán africano puede reducir su prejuicio hacia los musulmanes africanos.

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Otra técnica utilizada es la persuasión narrativa para transmitir mensajes, facilitar la empatía, la toma de perspectiva y las imágenes de transporte (Paluck y Green, 2009). Las historias pueden decirnos qué hacen nuestrxs compañerxs y por lo tanto, sugieren lo que deberíamos hacer (normas sociales). La empatía es la capacidad de comprender y experimentar los sentimientos de otra persona, y la toma de perspectiva es la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona. Finalmente, las narraciones pueden transportarnos a un tiempo y lugar diferentes donde podemos vivir las vidas de otros personajes, aprender cosas nuevas y obtener nuevas perspectivas (Gerrig, 1993; Green y Brock, 2002).

Pero para que podamos relacionarnos con los personajes en diferentes narrativas, también debemos identificarnos con ellxs. Según la teoría cognitiva social de Bandura (1997), las personas pueden aprender y adquirir actitudes y comportamientos positivos hacia grupos estigmatizados a partir de experiencias indirectas como por ejemplo a través de personajes en libros, con quienes pueden identificarse y pueden aplicarlos en diferentes contextos (Paluck y Green, 2009).

¿Qué estudios han usado narrativas para reducir los prejuicios? 

Cameron y Rutland (2006) llevaron a cabo una serie de estudios en los que niños y niñas leyeron historias sobre la amistad entre personajes dentro y fuera del grupo (amistades entre grupos). En uno de esos experimentos, niñxs de cinco a once años de edad escucharon historias sobre la amistad cercana de un niño sin diversidad funcional con un niño con diversidad funcional física durante seis semanas, una vez a la semana. En la historia, los dos niños disfrutaron de aventuras juntos, como explorar el bosque. El libro enfatizaba las características únicas de los personajes más que su pertenencia al grupo (tener o no diversidad funcional). Al final, la persona que leyó el cuento dirigió una discusión grupal con lxs niñxs. Los resultados demostraron que mejoraron sus actitudes hacia las personas con diversidad funcional, y en un estudio similar, hacia personas refugiadas también. Escuchar estas historias les permitió a lxs niñxs experimentar indirectamente la amistad entre grupos y tuvo un impacto positivo en sus actitudes, como lo predice la hipótesis del contacto extendido. Un estudio reciente que utiliza narrativas es «La magia más grande de Harry Potter: Reducir los prejuicios» (Vezzali y cols., 2015). Los investigadores realizaron tres estudios para evaluar si el contacto extendido mediante la lectura de libros de Harry Potter mejoró las actitudes hacia los grupos estigmatizados. Lxs niñxs de escuela primaria, secundaria y universitarios de Italia y el Reino Unido participaron en el estudio. Los resultados mostraron una mejor actitud hacia las personas inmigrantes, homosexuales y los refugiados. Se identificaron con el personaje principal positivo (Harry Potter) y no se identificaron con el personaje negativo (Voldemort, el némesis de Harry). Los resultados también indicaron que la toma de perspectiva permitió cambios en las actitudes hacia los grupos estigmatizados.

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Lo bueno de este tipo de experimentos es que tienden a evaluar intervenciones más largas en comparación con otras intervenciones (Paluck y Green, 2009). Por ejemplo, si bien la mayoría de los experimentos consisten en una intervención que dura un día o menos, las intervenciones de lectura duran, en promedio, cinco semanas. Sin embargo, una de las deficiencias más importantes es que muchos experimentos (incluidas las intervenciones de lectura) muestran resultados positivos principalmente para las actitudes auto-informadas y carecen de evidencia de cambios de comportamiento. También hay estudios con resultados mixtos, posiblemente debido a un diseño deficiente. ¡Por eso necesitamos más investigación en el área de narraciones y reducción de prejuicios!

Las intervenciones que usan narrativas también pueden incluir películas, radio y otros medios. Paluck & Green (2009) realizó un experimento de un año en Ruanda para ver el impacto de una telenovela sobre una historia ficticia de dos comunidades ruandesas y sus luchas con prejuicios y violencia. El objetivo era utilizar personajes de radio que pudieran relacionarse con ese tipo de experiencias y así poder transmitir mensajes educativos a sus audiencias e influir en sus percepciones de las normas y creencias sociales. Aunque la intervención no condujo a un cambio en las creencias personales de los oyentes, si afectó la percepción de las normas sociales y del comportamiento como la negociación activa, la cooperación y la curación de traumas. También fomentó una mayor empatía entre lxs oyentes.

Libros, radio  y otros medios de comunicación narrativa tienen un gran potencial para reducir los prejuicios. Paluck y Green (2009) concluyeron después de su extensa revisión de este tipo de intervenciones de reducción de prejuicios lo siguiente:

«Señalamos el aparente éxito de esta técnica en el mundo real y su potencial para reducir los prejuicios a través de la persuasión narrativa, las normas sociales, la empatía, la toma de perspectiva y el contacto extendido» (p. 358). 

Por supuesto, es importante enfatizar que el tipo de medio utilizado en las intervenciones no solo debe cautivar a la audiencia, sino que también debe contener personajes relacionables que promuevan normas sociales acordes con la reducción del prejuicio. Los medios pueden ser un vehículo de poder que también pueden perpetuar actitudes negativas y estereotipos que pueden informar a la opinión pública, moldear nuestras percepciones de lxs demás y lo más importante, afectar nuestro comportamiento hacia los grupos estigmatizados (Godsil, MacFarlane y Sheppard, 2016).

La responsabilidad de reducir los prejuicios en el mundo depende de todxs. Para que estas intervenciones narrativas produzcan cambios con éxito, necesitamos desear ese cambio y contagiar a quienes nos rodean con el mismo deseo, como se cita en la apertura del artículo de Vezzali y cols. (2015):

“Las diferencias de hábito y lenguaje no son nada si nuestros objetivos son idénticos y nuestros corazones están abiertos.”

-Albus Dumbledore

Aquí hay algunas sugerencias para libros, películas, y videos cortos interesantes:

  • Borrowed Time (Tiempo Prestado; Monette, 1988)
  • El Color Púrpura (Walker, 1982)
  • Alguien voló sobre el nido del cuco (1975)

Sobre los cuentos de la serie “érase dos veces”

 

 

In a Heartbeat (En un Instante)

 

 

Kelly Wall

 

BIBLIOGRAFÍA

Baretta, L., Tomitch, L.M.B., MacNair, N., Lim, V.K., & Waldie, K.E. (2009). Inference making while reading narrative and expository texts: An ERP study. Psychology & Neuroscience, 2(2), 137-145.

Boyd, B. (2009). On the origin of stories: evolution, cognition, and fiction. Cambridge, MA:Harvard University Press.

Cameron, L., & Rutland, A. (2006). Extended contact through story reading in school: Reducing children’s prejudice toward the disabled. Journal of Social Issues, 62, 469-488.

Forman, M. (1976­). Alguien voló sobre el nido del cuco. Estados Unidos: Fantasy Films.

Gerrig, R. J. (1993). Experiencing Narrative Worlds. New Haven, CT: Yale Univ. Press. 294 pp.

Green, M. C., & Brock, T. C. (2002). In the mind’s eye: Transportation-imagery model of
narrative persuasion. In M. C. Green, J. J. Strange, & T. C. Brock (Ed.), Narrative impact:       Social and cognitive foundations (pp. 315-341). Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates.

Godsil, R. D., MacFarlane, J., & Sheppard, B. (2016) #PopJustice, Volume 3: Pop Culture,      Perceptions, and Social Change (A Research Review). Perception Institute.

Monette, P. (1988). Borrowed time: An AIDS memoir. San Diego: Harcourt Brace Jovanovich.

Paluck, E.L., & Green, D.P. (2009). Deference, Dissent, and Dispute Resolution: An Experimental  Intervention Using Mass Media to Change Norms and Behavior in Rwanda. American Political Science Review, 103(4), 622-644.

Paluck, E. L., & Green, D. P. (2009). Prejudice Reduction: What Works? A Review and Assessment of Research and Practice. Annual Review of Psychology, 60(1), 339-367.        doi:10.1146/annurev.psych.60.110707.163607

Schank, R.C. & Berman, T.R. (2002). The pervasive role of stories in knowledge and action. In  M.C. Green, JJ. Strange, & T.C. Brock (Ed.) Narrative Impact: Social and Cognitive Foundations, New York, NY: Psychology Press.

Vezzali, L., Stathi, S., Giovannini, D., Capozza, D., & Trifiletti, E. (2015). The greatest magic of Harry Potter: Reducing prejudice. Journal of Applied Social Psychology, 45(2), 105-121. doi:10.1111/jasp.12279

Walker, A. (1982). The color purple. New York: Harcourt Brace Jovanovich.

Wright, S. C., Aron, A., McLaughlin-Volpe, T., Ropp, S. A. (1997). The extended contact effect: knowledge of cross-group friendships and prejudice. Journal of Personality and Social Psychology, 73(1), 73–90.